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20Jun/11

La mecánica del arbitraje

Cuando hablamos de la mecánica del arbitraje nos estamos referiendo a las herramientas que tieen el árbitro a su disposición para hacer un buen partido. Estas herramientas son el conjunto de normas que vienen establecidas en el reglamento. Para establecer si se infrigen esas normas y actuar, el árbitro debe esta bien situado, señalizar correctamente y colaborar con el resto de sus compañeros, que son los árbitros y los oficiales de mesa.

La mecánica del arbitraje ha ido evolucionando a lo largo de los años igual que lo ha hecho el juego. Cuando se invento este deporte, el juego era  muy básico, no existiendo a penas contacto, y el arbitraje correpondía a una sola persona, hoy en día ha evolucionado el juego siendo un deporte de contacto donde el límite es una línea muy fina de lo que es permisible y lo que no y por eso en los partidos de la NBA y de nuestra liga nacional ACB se pueden ver a tres personas realizando la difícil tarea de arbitrar.

En las categorías inferiores normalmente se realiza un arbitraje de dos personas. Uno es el principal y el otro es auxiliar. Al árbitro principal le corresponde controlar los ánimos y tomar las decisiones más controvertidas, normalmente este rol, le toca al árbitro con más experiencia o que más categoría tiene. En lo que se refiere a la señalización de las infracciones ambos tienen las misma autoridad.

La mecánica del arbitraje doble la podemos ver desarrollada dentro del manual FIBA, donde se explican responsabilidades, posiciones, señalizaciones…

La colocación es importante, y en función de dónde se coloque el árbitro va a tener un nombre u otro, el que esta sobre la línea de fondo se llama de cabeza y el que esta en la prolongación del tiro libre hacia el medio campo se llama árbitro de cola. La colocación es fundamental porque de eso depende la buena observación de las acciones, una mala colocación supone un alto porcentaje de errores.

Se trata de que ambos árbitros, se coloquen en diagonal, para tener un campo de visión entre los dos, que aglutine el mayor número de jugadores. Visto desde arriba es como si estuvieran dentro de una especie de rectángulo, lo que hace que cada un mire diferentes zonas, salvo excepciones, los dos no miraran el balón a la vez. Cada una de las dos medias canchas se diferencia en seis zonas de influencia y cada uno tiene que saber en cada momento hacia donde tiene que mirar.